PERÚ- ESTADO POLICIACO MODERNO.
Pedro Julio Rocca León (Abogado perseguido por
causa de la justicia).
En su primer gobierno, Alan García Pérez,
no encontró mejor solución para combatir la delincuencia que el genocidio en
agravio de 24 policías y un incontable número de civiles asesinados en el Penal
El Frontón, por su falta de conocimiento de lo que es un Estado Constitucional
de Derecho y la evidente violación de los Derechos Humanos en la barbarie de su
gobierno y por otro lado, destruyó el control natural que se ejercía en las
fuerzas policiales, en que la Guardia
Republicana resguardaba los penales y edificios públicos, la PIP, perseguía a
los delincuentes y controlaba los excesos de corrupción en la GR y la GC, y la
Guardia Civil, resguardaba el orden público, controlando los excesos de la
población, de la GR y la PIP, de tan manera que ese control institucional, fue destruido
por la estupidez de Alan García, quien, sin experiencia alguno, decidió
unificar a las tres instituciones en una sola, so pretexto de controlar la
corrupción policial- muy reducida en esos tiempos- y generó que la PIP,
corrompa- por su cotidiana cercanía con el mundo del hampa- a las otras
instituciones policiales, y en estos días la corrupción es casi absoluta, nadie
controla a nadie y finalmente, todo el mundo hace lo que le da su gana.
Demostrando que el inconsciente colectivo
de los peruanos, (confunde actos con artefactos, mentalidad mística de los no civilizados) es
proclive a la mezcla, (menú “combinado”)
ahora Alan García[1]
y algunos otros desubicados candidatos a la presidencia del Perú, ignorantes de
lo que significa especialización, proponen que las Fuerzas Armadas perviertan
su función –las razones por las cuales existen y para lo que fueron creadas- y hagan
un “combinado”, es decir, dentro de su menú de protección de la Patria, ahora
se dediquen a la persecución de los delincuentes y la protección de los
edificios públicos, en lugar de proponer volver a un sistema de especialización
de las Fuerzas Policiales, en donde una institución se dedique a la protección
de los locales públicos, (incluidos penales) y el orden dentro de los penales;
otra sea la que resguarde el orden público, otra la que persiga a los
delincuentes, otra que sirva de apoyo al Poder Judicial y otra que supervigile,
como instancia superior del Estado, el trabajo de todas estas instituciones y
de los funcionarios públicos, (incluido el Presidente y sus áulicos) de tal
manera que se estructure una pirámide de control policial, de toda actividad
que se realice al interior del país, y dejar a las Fuerzas Armadas, fuera de
estas actividades y que se dediquen exclusivamente a lo que les corresponde,
dotándolas de armamento moderno, superior en cantidad y calidad a lo que
tenemos ahora, para que puedan cumplir, cada institución, los fines para los
que fueron creados. Esto es lo que se llama EFICIENCIA, de las Fuerzas Armadas
y Policiales, y no el sancochado que pretenden los candidatos en procura de
votos, de un electorado, que tampoco sabe qué significa eficiencia.
Por causa de esa inconsciente colectivo de
tragarse un menú de frejoles con tallarines, cebiche y huevo montado; o arroz
chaufa con tallarín saltado y wantán frito, o carapulcra con sopa seca, seco de
carne y papa a la huancaína (los conocidísimos “combinados”), hay una grosera
tendencia a mezclarlo todo, a combinarlo todo, a pervertirlo todo, por lo que
se nos ha uniformado en la estupidez, la huachafería, la vacuidad y el “figuretismo”
en un show nacional, en el cual basta con saber hablar, para que nadie los
pare.
En el Perú, cualquier hijo de vecino puede
coger un artículo de la Ley
y empezar a tramitar cualquier asunto de índole legal, con poses de “doctor”, porque
nada diferencia al abogado del tinterillo o “papeluchero” y a éste del
magistrado. Todos basan su saber en la “experiencia” -adquirida en la calle- y
son muy pocos los que hacen ciencia –adquirida en una buena Universidad- del
Derecho. A lo más, cogen un texto, de algún autor extranjero, lo copian
literalmente y ¡Ya son expertos en Derecho”. Y como “expertos” (no
científicos), son llamados por los legislativos (carentes por completo de
formación ideológica, científica y doctrinaria) para “reformar” el Derecho
nativo, tejiendo con otros “expertos” que tradujeron las normas -de moda- en
Europa, para adaptarlas a una idiosincrasia en la cual no cuaja jamás, la norma
importada. Y con eso crean el desorden, el caos jurídico, porque es imposible,
por la fuerza, imponer leyes a quienes no tienen formación mental para
acatarlas. En el cerebro de un burro, no entran las ideas de un hombre, pero en
un hombre (Balaam) sí pueden entrar las palabras que rebuzna su mula. Vale
decir, en el cerebro de un congresista, sí entran las ideas de un “asesor”, que
de ser su seguridad, su guardaespaldas, pasó a ser un “experto” en temas tan
delicados, como es el Derecho, la Justicia, el Orden Público, el Orden Social y
la Administración del país.
En el colmo de los desatinos, el gobierno
de Fujimori, modificó cuanta ley se le puso en el camino, apoyado por los
“expertos en leyes” y luego de crear el caos normativo, dispuso que las
facultades de derecho ensamblen abogados en serie y sin que las universidades
sean más la institución de la ciencia por excelencia, se otorga el título de
abogado sin necesidad que el estudiante presente ni siquiera un borrador de
algún disparatado trabajo de investigación científica. Basta cumplir el ciclo
de estudios para ser Bachiller y basta con pagar el examen final, para obtener
el título. Y basta con pagar el precio que la Universidad cobre por ello, el
ignorante se convierte en abogado, sin saber ni siquiera qué cosa es la
justicia o qué cosa es el derecho. En fin, salen papelucheros con título
oficial a nombre de la Nación ,
para ejercer el oficio. Y nadie hace nada para detener esa aberración
universitaria, que tanto daño está haciendo al sistema de justicia, por lo que
cada día, hay menos abogados que defiendan la justicia y más abogados que
negocian con los administradores de justicia, para dejar libres a los
delincuentes y encerrar a los pobres diablos que tienen la mala suerte de estar
involucrados en alguna denuncia, de lo que sea, que son los únicos que van a
parar a las cárceles y que por eso mismo, se convierten en avezados
delincuentes, envenenados en el alma con un resentimiento social, que hace que
cada día haya más delincuentes y menos policías.
Esos abogados que carecen de formación
científica, cual profanos estudiantes de academia de preparación universitaria
o instituto superior, una vez lanzados a la vida profesional y convencidos que
no sirven para la ciencia jurídica, se buscan una recomendación de algún
político influyente y se convierte en juez o fiscal, de alguna remota provincia
del Perú, sin ningún examen ni preparación previa, y a esos abogados de “factoría”,
se les entrega la administración de justicia en este país, resolviendo cada
caso, conforme a la “experiencia” que tenga de casos similares, o conforme a la
plantilla archivada en el ordenador o computadora que el Estado le entrega para
uniformar criterios jurídiccionales (no jurídicos).
Es así, que cada caso no es examinado para
la búsqueda de la verdad, en sus fundamentos de hechos y normas aplicables,
sino que se toma la Resolución
“modelo” (formulario archivado), se cambian las fechas, nombres y folios, y se
expide la Resolución
conforme ya estaba previamente elaborada. Todo igual. Todas en serie, de la
misma manera como fueron producidos los abogados.
Así se uniformiza la justicia en el Perú y
se pisotea la dignidad de la persona humana, pero la ignorancia de este pueblo
es tan grande, que, como nadie sabe qué cosa es dignidad, nadie defiende lo que
no conoce, ni reclama lo que no se tiene.
Los gobernantes mantienen esa absurda
violación de los derechos humanos, porque les conviene a todas las fuerzas
políticas, que el peruano no abra los ojos al conocimiento de la ciencia, para así
poder comprar sus opiniones y sus votos al precio más vil, en un mercado de
valores donde el hambre es el parámetro que fija la tasa y el pan o el vaso de
leche son las acciones que se ponen en venta y que los miserables pujan por
alcanzar, al precio de su propia dignidad, o de su propia sangre.
A nadie le importa educadores como Augusto Salazar Bondy, que enseñó hace años,
que “gracias al conocimiento, el hombre orienta su existencia en el mundo y
aprende a dominar la realidad.”[2]
A ningún abogado le importa que gracias al conocimiento
de las prescripciones legales -por ejemplo- se aprende a precavernos de las
alteraciones que su violación puede causar a la paz social y no hacen nada para
aprender a usar las normas legales como herramienta para quitarnos el temor
para transitar por el mundo. Para enfrentar la realidad social y evitar las
revoluciones[3].
Francisco Ayala[4], nos
enseñó que tenemos que conocer nuestro mundo, especialmente caótico, para no
sentirnos en él ni desconcertados, ni perdidos, ni abrumados por la magnitud y
la complejidad de sus dificultades, ni abandonados y flotando a la deriva como
náufragos, como viven hoy la mayoría de peruanos, que ni siquiera tiene la más
remota idea de por qué y por quién tienen que votar (y se les lleva a la fuerza
a las urnas, como se lleva pavos al matadero en vísperas de Navidad).
Gobernantes, jueces, fiscales, políticos,
todos ignoran el conocimiento del Derecho, que es la única arma conocida, que
nos permite operar de manera productiva y segura sobre el mundo, para
garantizar la seguridad de los ciudadanos.
Una vida sin orden ni sistema, produce una
sociedad vencida. Todos los seres humanos, por lo mismo que somos personas (zoon
politikon), adquirimos en forma espontánea, conocimientos de nuestros deberes y
obligaciones. Por ejemplo, cuando algunos niños proponen jugar, supongamos a
las escondidas, el otro dice, “Bueno, jugamos, pero a condición, que tú busques primero”. Esa condición que pone
el niño, es un principio básico de Derecho, que adquirió en forma espontánea.
Nadie se lo enseñó. Lo adquirió en forma natural. Es un derecho propio que le
exige imponer una condición para que él acepte la proposición. Impone su
conciencia de que existe un derecho subjetivo que lo favorece en toda relación
social.
Cuando el conocimiento de nuestros deberes
y derechos, lo adoptamos con una actitud selectiva, metódica, sistemática,
objetiva y con rigor racional, o sea con gran esfuerzo y una preparación
especial, el derecho asume la forma de ciencia y cuando a esa condición (que
el niño o cualquier ser humano por muy ignorante que sea, la impone a los demás)
se le agrega una “prescripción”, (mandato de obligatorio cumplimiento para el
grupo social) con sanción para quien la viole, entonces tenemos un derecho
positivado.
De otro lado, el mencionado Augusto Salazar
Bondy, nos enseña que en el nivel vulgar, el conocimiento se apoya en los
hábitos y los impulsos inmediatos del sujeto. La mayoría de peruanos, tenemos
este tipo de saber. El inconsciente colectivo peruano por años ha confundido los actos con
los artefactos. Muy pocos estamos empezando a comprender que la cultura es una
abstracción, como un todo integrado, funcional y razonable y por lo tanto no
debe confundirse con la obra material del hombre.
Como dice Carlos
Fuentes[5],
cuando se refiere a la creación intelectual latinoamericana: “...la dialéctica
trágica responde a la vez sí y no a todos los problemas que propone la vida del
hombre y sus relaciones con los demás hombres y con el universo”. “Si y no. O
más bien, sí con no, que nos hace esas criaturas humanas tan diferentes a los
europeos.
Por ejemplo: Muchos
se dicen católicos o cristianos, pero como han adoptado patrones de conducta
norteamericanos (capitalista) no hacen la voluntad de Dios, sino que quieren
que Dios haga la voluntad del sujeto; y en lugar de trabajar colectivamente
para el desarrollo, esperamos el milagro, la obra de Dios que se materialice en
esa única persona, que se saque la lotería para salir de pobre y teniendo
plata, recién colaborar con alguna dádiva para el bienestar de los que lo
rodean. Así jamás se puede salir del subdesarrollo.
Algunas características propias de los peruanos, que
nos diferencian de los europeos:
1.- Los peruanos
mezclan el sueño con la realidad, la imagen con el modelo, su propia persona
con el grupo (argolla) etc.
2.- Entre los
peruanos, la causalidad mística supera a la causalidad síquica: Los desastres, accidentes,
nacimiento, enfermedad, muerte, fortuna, el volumen en la pesca o la caza, la
victoria, y los más simples fenómenos naturales, los atribuyen a la
intervención de fuerzas secretas[6].
3.- Las ideas que
tenemos acerca de todas las cosas son de origen colectivo: El grupo, el clan,
la tribu, el club, el partido o la “argolla”, las comunica y las impone a los
demás, invariablemente[7]. Esto
ha creado la política del “compadrito”, por lo que sólo adquieren el
reconocimiento de sus derechos, el entorno del influyente, lo que ha
institucionalizado el refranero popular: “Quien no tiene padrino, no se
bautiza”
4.- Estas ideas
están imbuidas de afectividad o pasiones: amores, temores, deseos y
frustraciones, se mezclan con los pensamientos íntimamente[8].
5.- Todas las
representaciones de los peruanos están influidas por las mismas ondas
emocionales. Lo natural y lo sobrenatural se confunde incesantemente en una visión cargada de aprensiones,
escrúpulos, temores e ilusiones mentales y sensoriales: Su universo es un campo
cerrado, en el que innumerables poderes ocultos se enfrentan, sin tregua, en el
que los seres y las cosas son identificados y diferenciados, no a tenor de su
propia configuración, sino por sus virtudes místicas. (condición humana que los
gobernantes del Perú, especialmente Alan García Pérez, Alejandro Toledo, Ollanta
Humala, no toman en cuenta y que es la causa de su enfrentamiento con el pueblo
que fue el que los llevó a gobernar)
6.- Los peruanos
vivimos en completa indiferencia hacia los principios de identidad, de
contradicción, de causalidad- de la lógica en sí- para dedicar su atención al
más allá, a las relaciones ocultas de las cosas, a su significación secreta, a
las causas y consecuencias sobrenaturales. (Ahí la sumisión de los nativos a
sus apus, que los costeños no pueden identificar y crea esa separación o
disgregación de la sociedad peruana que hace imposible, por los siglos de los
siglos, de convertirnos en una Nación)
7.- Los peruanos
profesamos una religiosidad sui géneris, creadora de mitos y rituales, por la
cual se explican tantas coincidencias, tanto en las prácticas como en las
creencias y que, con la claridad del instinto social o gregario, es el rasgo
más característico del mundo de los cholos, mestizos y los negros del Perú, que
han forjado un sincretismo, en que se adora a Dios y simultáneamente a los
ídolos, a los que se les da vida y se les hace bailar, al compás de la música y
ritmo que le proporcionan sus cargadores. El dios sin vida que hace la voluntad
de los que le dan vida y al que abandonan cuando les falla en su primer milagro.
En esta parte del
mundo, cada individuo es rey y súbdito de sí mismo, fiel y dios de su propia
adoración. Cada pueblo se cree el dueño de la verdad y que sus modos de vida,
alimentos, costumbres y creencias son superiores a los demás, existiendo
rivalidad con los pueblos vecinos por demostrar que son mejores. Existe un etnocentrismo, que considero como "el criterio circunscrito por los prejuicios
con los cuales los individuos de una etnia determinada juzgan y aprecian a las demás culturas". Esto significa que al valorar a los demás
el grupo social o etnia, lo hace como juez y parte, y lógicamente, se supervalora
a sí mismo, mientras devalúa el valor de los demás.
Por
eso se da el caso de la segregación de que son objeto algunos peruanos cuando
viajan a la costa, pero en cambio, se sienten superiores a los costeños y
NIEGAN SU APORTE para el desarrollo con el fin que todo se pierda en el fracaso
o la miseria. Esta realidad, tampoco la conocen nuestros gobernantes, por lo
que han llegado a la convicción que sí es posible gobernar sin los ricos, pero
que es imposible gobernar contra los ricos, y venden ideas absurdas, como por
ejemplo “la inclusión social”, que suena bonito, pero que no significa nada.
Por esta idiosincrasia nuestra es que las
sentencias en Casación son tan contradictorias y sirven para todos los gustos, intereses
y precios y no sirven para el objeto para el cual ha sido creado el instituto
de la Casación. Ese
“si con no”, hace imposible que se uniforme el criterio de los jueces para
resolver casos similares.
Como el saber vulgar apoya el conocimiento
en los hábitos y los impulsos inmediatos del sujeto, los peruanos hemos sido
fáciles víctimas de los manipuladores sociales, que han destruido todos los
cimientos del derecho, por lo que tenemos la experiencia vivida para intentar
este trabajo introductorio a mi ensayo: “Filosofía Pura del Derecho”, con
objeto de demostrar que esta ciencia no se agota en la “Teoría Pura del Derecho”
de Kelsen, sin que sigue en su dinámica, avanzando hacia la Filosofía, que un
Estado Policíaco, que tiene existencia en este país, dentro de la estructura
del Derecho universal, es la primera piedra del estudio, que acredita como
valor filosófico, que para conocer lo que el Derecho es, primero tenemos que
saber lo que el Derecho no es, pero que sin embargo existe.
Vamos pues, a dirigirnos hacia el
conocimiento científico de problemas del mundo presente, de problemas que a
todos nos afectan, en los que está implícito el destino personal de cada uno de
nosotros y que, por tanto, son apasionantes en alto grado; pero esos problemas
apasionantes de la vida diaria han de ser tratados aquí, no con pasión, sino
con frialdad, con objetividad, en actitud científica.[9]
En el Perú, durante los últimos treinta años,
los enemigos de nuestro pueblo lograron “fraccionar la propiedad” para que los
manipuladores puedan adquirirlas más fácilmente. En los últimos años, con el
pretexto de ayudar a la clase trabajadora, se imponen pesadas cargan sobre los
empresarios, industriales y
comerciantes, para facilitar que las propiedades pasen a manos de extranjeros
y, una vez logrado ese propósito, el trabajo de los peruanos se ha convertido
en fuente de inconmensurables beneficios para los extranjeros, propiciando la
explotación del hombre por el hombre y que son causa de clamorosas injusticias.
De la misma forma, desde adentro y fuera de
la Iglesia ,
se la ha torpedeado con perseverancia, para que su influencia disminuya,
implantando las ideas del libre pensamiento, del escepticismo, del cisma y
procurando disputas religiosas, pactos con el poder político, el ridículo, la
burla y otras formas de desprestigio, que han dado cuenta de la devoción y
consideración que se debe a los cultos sagrados, con fecundos resultados para
los enemigos de la Iglesia ,
con la malévola intención de debilitar la moral de los pueblos y hacerlos
fáciles presas de sus encantamientos.
Logrado el propósito de reducir la unidad
religiosa, los enemigos del Perú, han enquistado en el Poder Legislativo a
perversos apátridas, cuyas campañas electorales son financiadas –en su mayoría-
por el dinero corrupto de narcotraficantes y manipuladores de la inversión
extranjera, que se encargaron de derogar las leyes que forjaron la nacionalidad
y el estado democrático de derecho y se preocuparon de dar leyes que
destruyeron la seguridad jurídica, con el sólo fin de crear el caos, la falta
de credibilidad en las instituciones tutelares de la patria y la corrupción más
detestable, que predomina en la administración de justicia.
En ese orden de ideas, el Congreso
corrupto. Manipulado por el narcotráfico y los inversionistas solapados de la
corrupción petrolera, gasífera y minera, abjuró de su función básica de dictar
las leyes, y dejó en manos del Presidente de la República tal función, y
nuestros Presidentes, (García, Fujimori, García, Toledo, Humala) con el juguete
legislativo en su mano, han producido explosivos decretos legislativos, que
estallan en contra de la economía, la seguridad ciudadana, el orden social, la
administración de justicia, lucha contra la corrupción, siendo incomprensible
que el representante de la
Nación , que dice defender el medio ambiente, sea el primero en
vender a los corruptos inversionistas, el único pulmón que tiene América entera
para purificar el medio ambiente.
También y a título de ejemplo, se ha
parcelado la administración de justicia, imponiendo cargas tributarias cada vez
más pesadas sobre el hombro de los justiciables y dando leyes poco severas para
castigar las quiebras, con lo que la creación de empresas fantasmas,
corporaciones sin respaldo patrimonial (para indemnizar a los pueblos por sus
excesos o incumplimientos) y la
explotación del trabajador (desprotegido por completo) se ha convertido en una
mina de oro mucho más ricas que las minas de Potosí.
Lo más triste del caso es que en el Perú,
se obliga a que los litigantes le paguen a los jueces para que administren
justicia, bajo el aparente manto de una Tasa Judicial o Arancel judicial, y así
los jueces no tienen ninguna vergüenza en exigir el pago de los aranceles, para
que se les pague sus remuneraciones, o de lo contrario no admiten los escritos
o rechazan las demandas o cualquier otra pretensión de justicia.
En el Perú de hoy, el Estado permite que
los ricos se adueñen de los medios de comunicación, y deniegan licencia a los
que no tienen dinero, de tal modo que se han cambiado las ideas sobre el honor,
sobre la virtud, la rectitud de conciencia y han dado un golpe de muerte sobre
la institución sacrosanta de la familia, consumando su disolución, dándose el
caso que los tele espectadores, políticos y los magistrados, prefieren los
derechos del bastardo, sobre la institución del matrimonio, destruyendo éste
(en muchos casos mandando a la cárcel al progenitor y provocando el
resentimiento social de la esposa e hijos) para privilegiar supuestos derechos
alimentarios del nacido en una relación sexual clandestina, que pone de relieve
la poca formación moral del operador del Derecho y su escasísima noción de lo
que significa Justicia, por lo que las estadísticas judiciales revelan que los
juicios de alimentos son pingues negocios para las damiselas que se acuestan
con uno y con otros, sacando hijo con cada quien, procediendo a lograr sendas
pensiones de alimentos por mandato judicial, convirtiendo a los jueces en
auténticas celestinas.
Lo expresado es el antecedente lógico de la
procreación de un Estado Policíaco.
EL ESTADO POLICIACO
El
Estado policiaco es el Estado en el que no existe, o se restringe la libertad
del ser humano, para privilegiar la seguridad del grupo dominante.
El
hombre por su dignidad de persona creada por Dios, tiene voluntad, y el ejercicio
de esa voluntad, le otorga libertad y le da seguridad. Sólo el hombre a
diferencia de los animales, puede decidir libremente sobre su destino (si
estudia o no, si permanece célibe o se une a otra persona, si trabaja o no, si
descansa o no, etc) El animal no, éste se limita a un inexorable destino,
duerme, se despierta, come, tiene sexo, duerme, se despierta, come, tiene sexo,
duerme, se despierta, desde el primero de su género hasta el fin de los
tiempos.
En
el establecimiento de esa libertad, el grupo social creó el Estado, para que lo
resguarde contra cualquier abuso o exceso en su libertad que cometa otro
hombre, que afecte de alguna manera el derecho que tenemos los demás a su
disfrute. (esclavitud, codicia, sevicia, violaciones, etc)
Con
esto se estableció un régimen de seguridad y se dotó al estado de la facultad
coercitiva, para imponer el orden público, por la fuerza. Entonces,
voluntariamente la sociedad renunció a parte de su libertad, a favor de la
seguridad.
El
problema es que hay personas que cuando reciben el mandato popular para
gobernar en bien de la sociedad, se exceden o abusan del derecho y pervierten
esa facultad para resguardar la seguridad de todos, y consideran que la
seguridad se refiere sólo a la estabilidad o permanencia del grupo social
gobernante y pervierten el sistema, para establecer uno que privilegia la
seguridad del Estado (entendido éste como el grupo social dominante, y no la
institución jurídica destinada a gobernar para beneficio de la comunidad
organizada.
La
palabra POLICE aparece en el siglo XIV en Francia, relacionada con la actividad
del Estado. Los alemanes recogen el concepto en el siglo XV y lo incorporan
bajo la denominación de la
JUS POLITEA , que otorga al soberano amplias facultades para
hacer la felicidad de sus súbditos, siendo el príncipe, titular absoluto del
poder.
Cuando
triunfa la
Revolución Francesa , la Declaración de los
Derechos del Hombre de 1879, pone fin al concepto de Estado Policial que era el
Estado absoluto, y las funciones del poder de policía se limitaron al ámbito de
las leyes y reglamentos, esto es, la restricción de la libertad con el
propósito de asegurar el orden público dentro del cual debe agregarse la tutela
y protección de la integridad física y moral de las personas.
EL
PODER DE POLICÍA.
El
Poder de Policía tiende taxativamente a mantener el orden público y a
garantizar la seguridad, tranquilidad y salubridad pública, fines para cuya
realización restringe y limita racionalmente las libertades y derechos
individuales.
El PODER
DE POLICÍA de define como “Poder del Estado que tiene el monopolio de la
coacción física legítima para hacerse obedecer.” (“Enciclopedia de la Política ” Borja, Rodrigo.
Fondo de Cultura Económica, México DF, 1997, página 765 Citado por Dante A.
Cervantes Anaya, “Manual de Derecho Administrativo” Ed. Rhodas Lima, 3ra.
Edición Abril 2003, página 139.)
Es
necesario destacar la diferencia que existe entre PODER de policía y POLICÍA
como ente social. El PODER DE POLICÍA es de naturaleza normativa, la POLICÍA es de naturaleza
administrativa.
CARACTERES
DEL ESTADO POLICIAL:
En el
Estado Policial, derecho es lo mismo que decir sistema coactivo. (Kelsen.
Citado por Giácomo Perticone. Orientaciones actuales del pensamiento jurídico).
* El
Estado policial instrumentaliza el derecho. El Derecho es un instrumento
subordinado a los fines del Poder del Estado.
* En
el Estado policial priman las pasiones sobre las razones.
* En
el Estado policial se pervierte el Derecho.
* En
el Estado policial se provoca la crisis del Derecho o mejor la crisis de la
legalidad.
* En
el Estado policial, “Justicia” es aquello que place al más poderoso. El derecho
es relativo. No es más que una opinión mudable, expresión del arbitrio y de la
fuerza.
* En
el Estado policial, “Estado” es el patrimonio familiar de un reducido grupo de
poder. (Partido Aprista, Partido fujimorista, Pareja Presidencial. etc)
* En
el Estado Policial sólo logran ejercer la función pública los mediocres, los
que carecen de calidad intelectual para cuestionar o dejar en evidencia la
desinteligencia de los gobernantes y se instituye el “compadrito” o
“padrinazgo”. Se envilece la profesión y las universidades se convierten en
factoría de inaptos, sin ninguna formación científica. Pululan universidades y
centros de educación superior, sin ninguna calidad, más importa la cantidad que
la calidad, pensando que algún día se dará el salto cualitativo, por el número.
* En
el Estado Policial, nadie cumple su rol.
* En
el Estado policial, el Derecho representa una cobertura ideológica para la
clase dominante.”Tanto tienes, tanto vales”. “para mis amigos todo, para mis
enemigos, la ley.”
* El
Estado policial es eminentemente positivo.
* El
Estado policial requiere de mentes sumisas. Atavismos de esclavo. Gente sin
aspiraciones de justicia, arrebañados y sin
ansias de libertad, perezosos mentales y haraganes.
* El
Estado policial se desenvuelve en un círculo vicioso o dialelo jurídico, el derecho que se hace lleva nuevamente al
derecho ya hecho. (se establecen nuevas normas, copiadas de países más
desarrollados, en vías a la modernidad, pero, progresivamente y por medio de
modificaciones, se vuelve al estado anterior del derecho (por ejemplo el C.P.P.
y los DD.LL. 124, 126, etc.)
Según
Marx la ciencia del derecho y del Estado debe apoyarse en una fórmula política.
Un
movimiento de pensamiento orientado hacia la anulación del estado y la
espontánea reglamentación de las relaciones de producción y de trabajo, se
termina con la afirmación del poder absoluto del Estado y con la disciplina
administrativa de las relaciones económicas. (Giácomo Perticone, id. Pág. 39)
El
Estado policial vive en permanente crisis del derecho. “Pero, por otra parte,
esta concepción instrumental o del derecho al servicio del estado, o del estado
al servicio de la sociedad (que puede ser una sociedad clasista, o una sociedad
nacional, racial, etc.) lleva inevitablemente a la crisis del derecho o a la
crisis de la legalidad,” (G. Perticone id. Pág. 39)
Eso es
lo que ha pasado en Bagua. Es lo que pasa en Puno, es lo que pasa en Cajamarca
o en Arequipa, es lo que pasa en Pisco, lo que se vive en todo el Perú.
Finalmente,
debo agregar que en el Estado Policial, el Poder Judicial sirve a los intereses
políticos de quienes tienen el Poder del Estado y todos los magistrados
administran justicia conforme a las llamadas telefónicas desde Palacio de Gobierno
o de algún Despacho ministerial o curul parlamentaria y de ese desorden, se
aprovechan para pedir una coima a los litigantes, para cobrar en dinero o en
carne (si está bien repartida en 52 kilos y es blanca, mejor) el favor de una
resolución, fiscales y jueces, lo que es la causa y origen de la corrupción que
domina desde las más altas esferas del gobierno, hasta el más zarrapastroso
desagüe del centro minero, de nuestro país.
[1] “En un país en decadencia, el porcentaje de individuos estúpidos sigue
siendo igual; sin embargo, en el resto de la población se observa, sobre todo
entre los individuos que están en el poder, una alarmante proliferación de
malvados con un elevado porcentaje de estupidez y, entre los que no están en el
poder, un igualmente alarmante crecimiento del número de los incautos” “Las
personas no estúpidas subestiman siempre el potencial nocivo de las personas
estúpidas. Los no estúpidos, en especial, olvidan constantemente que en
cualquier momento y lugar, y en cualquier circunstancia tratar y/o asociarse
con individuos estúpidos se manifiesta infaliblemente como un costosísimo error.
Carlo Cipolla. ALLEGRO MA NON TROPPO. “LAS LEYES
FUNDAMENTALES DE LA ESTUPIDEZ HUMANA” Cuarta Ley fundamental.
[2] A. Salazar Bondy. Introducción a la Filosofía. Vol II
Tip. Santa Rosa, Lima Perú, Cuarta Edición. 1964.
[4] Francisco Ayala “Introducción a las Ciencias Sociales” Aguilar,
Madrid, 1964.
[5] El siglo de las Luces, de Alejo Carpentier pág. XIV, Fundación
Biblioteca Ayacucho. Ed. Antártica. Santiago de Chile, 1986
[6] “Lógica Para Operadores del Derecho” FLORENCIO MIXÁN MASS Ediciones
BLG 1998, Lima Perú,
INFERENCIAS
INCORRECTAS, página 70 y siguientes) 2.2.-
No causa por causa (falsa causa) “Se
comete la incorrección de "no causa por causa" cuando se afirma una
conclusión señalando como causa de un suceso a algo que, en la realidad no es
tal, así como también cuando por confusión o intencionalmente se considera como
causa la que tiene la calidad de condición o sirve de pretexto. Es frecuente
fijarse mecanicistamente en la mera sucesión temporal de acontecimientos y
considerarlos como concatenados causalmente, cuando en realidad son
acontecimientos totalmente Independientes. Esa falta de verificación de la
relación causal conduce a la aplicación irreflexiva del post hoc, ergo proter
hoc (después de ésto, luego a causa de ésto). Los supersticiosos son proclives
a incurrir en la "no causa por causa".
[7] Leer página 23 “supervivencias pre-coloniales Jorge Basadre “Perú,
Problema y Posibilidad 5ª Ed. Librería
Studiam, Lima Perú, 1987.
[8] Leer las obras de Vargas Llosa y sacar en conclusión una realidad
concreta. En el Perú, el chisme, el revuelto, la vindicta popular son el común
denominador de la gente, lo que trae como consecuencia que programas de
televisión que se dedican a desnudar la vida íntima de las personas, basados en
la infidencia, son lo que más gusta a la gente y afirman que el conocimiento o difusión
de tales infidencias, es cultura. Eso es lo que ha dejado la obra de Vargas
Llosa: La infidencia como cultura, el descubrir la intimidad personal como un
boom literario. Hemos llegado al nivel malsano de creer que las pasiones que
bullen dentro de nuestro ser morboso, del corazón perverso, constituyen una
realidad fáctica.
[9] Francisco Ayala, obra citada.