sábado, 5 de enero de 2013

BONOS DE REPRESENTACIÓN PARLAMENTARIA

BONO DE REPRESENTACIÓN.
Viendo la conducta de los congresistas, la actitud de Merino de Lama, me confirma que Belaúnde (no soy de AP) era, comparativamente, un SEÑOR ARQUITECTO, Alan García un proyectista, Fujimori un maestro de obras, Toledo un albañil y Humala un peón, en ese orden.
El gran arquitecto, se preocupó de escoger gente de prestigio, para su partido, Alan destruyó su partido, para introducir pirañas, a las que luego alimentó como a ratas, Fujimori, seleccionó políticos reciclables que le fueran de utilidad para producir un partido desechable, Toledo recogió de los bajos fondos de la política a gente que le sirva para encumbrarse, y Humala recicló toda la basura política que encontró por el camino.
La gente de Belaúnde, cuidó su prestigio, o sea que robaron con guantes de seda.
La gente de Alan García, no tuvo problemas en robar con toda sinceridad, sin necesidad de guantes, pero escondiendo lo robado, en la lonchera, en el maletín, es decir, inventaron loo que se llama el robo "en caleta", a fin que no se vea lo que se roba.
La gente de Fujimori, no usó guantes, ni robó con sus manos. Fujimori Hizo que otros roben pero luego él les robó a los ladrones y se ganó cien años de perdón y se la llevó toda en maletas y no paró hasta Japón, donde la nipona Kataoka, le hizo creer que era un rico papá, y se quedó con el billete y lo dejó enchironado, pintando monos y monadas. La kataoka tiene 10 mil millones de años de perdón, por robarle al ladrón de los diez mil millones del Perú.
La gente de Toledo, robó y se la chuparon y fumaron casi todo lo robado, como los huevones de mi barrio, que piden cupo a todo el mundo que transita por aquí, pero en lugar de guardar, convierten la plata en humo, cuya pestilencia me tiene flotando entre nubes de blanco algodón, odaliscas de piel dorada, serranos cobrizos, negros marrones  y diablos azules.
Pero la gente de Humala ¡Dios mío!, que gente para más descarada. estos huevones no piden, sino que ¡Arranchan!. No cogen, ¡Chapan!. No recogen ¡Levantan!  No comen ¡Tragan!, Pero nada los indigesta, nada vomitan, nada cagan. Son tan angurrientos que nada dejan salir. ¡Lo que entra, no sale!, dicen con el mismo cinismo que la Mancó, cuando contrató al negro Calidad, que arrendaba el pene por centímetros. y como no tenía plata, alquiló dos centímetros, pero cuando estaba bien medido, calibrado y metidos los dos centímetros, la Mancó dobló los brazos hacia atrás y lo jaló con todo al sorprendido negro que puso la boca para pedir una explicación y la Mancó le soltó la frase que se ha hecho famosa en Pisco: ¡Lo que entra, no sale!
Siguiendo la misma escuela, Isla, que a la legua se ve que no es un continente, ha dicho lo mismo: ¡Lo que entra, no sale! y no quiere devolver lo que le ha robado al país, con toda la concha de la más grande charapa que haya parido la naturaleza.
Y con esa misma conchaza, los otorongos afirman que si queremos que congresistas de calidad, que les paguen Y así, hasta el momento van cobrando mil Nuevos Soles diarios, por NO elegir al defensor del pueblo, por NO elegir a los miembros del Tribunal Constitucional, por NO ratificar la designación del Presidente del Banco Central de Reserva y del Superintendente de Banca, Seguros y Administradoras Privadas de Fondos de Pensiones. Por NO aprobar el presupuesto que permita la homologación de sueldo de los jueces, y por NO legislar, dejando la función legislativa al Poder Ejecutivo, para que legisle mediante decreto.
Entonces tenemos que se ha prostituido, en todo el concepto de la palabra, el Congreso de la República, que cobra por estar echados, 30 mil nuevos soles mensuales, que es más de lo que cobraba mi prima Susan León, por mantener la misma postura, sólo que mi prima no aguantaba más de media hora acostada mirando el techo y los congresistas no están con las piernas tan abiertas, para guardar su plata en una cartera tan singular. Pero son igual de pedigüeños ¡Plata. señor! ¡Díganme dónde está la plata, para levantarla!
El problema es que estos congresistas son tan brutos y tan apátridas, que ni siquiera han tenido la idea de competir por el récord Guinnes para que nos traigan por lo menos un premio a la prostitución, por tener la yuca adentro por cinco años, sin parar, cobrando en total más de  tres millones y medio, sin soltar ni un polvo, porque, reitero, estos no dejan escapar nada. Ni un tímido pedito. ¡Lo que entra, no sale!  
No hay nada que diferencia entre las viejas congresistas menopáusicas y las jovenes congresistas ninfómanas, de los viejos congresistas incontinentes, y los jóvenes congresistas priapistas o con priapismo, que no es lo mismo que el primo aprista del congresista. Ni entre el fenómeno dizque discapacitado, pero fenómeno, del vivazo, bien plantado, pero vivazo. Y digo vivazo, bien claro, porque si digo "pendejos", van a querer ponerse alrededor de mis huevos, para aprovecharse más de mí, porque éstos congresistas sacan provecho de todo, como buenos pedigüeños que son. Ahí están todos, el cabezón con ojos desorbitados del Ángel, con su bocaza abierta, para revibir el bono, como el otro discapacitado, con manos de tijera, listas las tenazas para atenazar el billeta y la vieja cucú liza, con semejante culazo, listo para encularse la plata, como la bocona de la Meche, lista para tragarse hasta el último cobre, o la joven Leontina, con las tetas listas para esconder la cartera con el bono. Ninguno tiene verguenza. Ninguno es capaz de resistir el billete. ¡Y como ya entraron al Congreso, están seguro que nadie los puede sacar porque ¡Lo que entra, no sale! 













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